Después de que la televisión Ucraniana forzara a Maruv a renunciar a representar a Ucrania en el festival de Eurovisión 2019, por su relación musical con Rusia, el conflicto para seleccionar representante fue creciendo, ante la negativa del resto de aspirantes, quienes tampoco quisieron aceptar las abusivas condiciones impuestas por el ente público.
Finalmente, ante tal situación, Ucrania ha optado por abandonar la competición, entendiéndose que la política se ha antepuesto al verdadero propósito de Eurovisión: la unión de países a través de la música y la cultura.